Cáncer, COVID-19 y la Influenza
Una versión editada de este artículo se publicó el 16 de octubre de 2020, en la Sección Suplementos del Periódico El Nuevo Día. La referencia es: Ramírez-Solá, M & Collazo-Castro, M (2020). Cuidado médico del paciente con cáncer en tiempos del COVID-19. https://www.elnuevodia.com/suplementos/conoce-sobre-el-cancer/notas/cuidado-medico-del-paciente-con-cancer-en-tiempos-del-covid-19/
CUIDADO MÉDICO EN TIEMPOS DEL COVID-19
Vivimos en tiempos de grandes retos. La pandemia del COVID-19 nos ha tomado por sorpresa. Ha impactado todos los aspectos de nuestro diario vivir. Sin duda la presencia del COVID-19 estará con nosotros por mucho tiempo. Esto nos obliga a actuar de forma proactiva con respecto al cuidado de nuestra salud y bienestar general.
No cabe duda que ciertos sectores de la población se enfrentan a un reto mayor. Particularmente las personas con diagnóstico de cáncer que se encuentran en tratamiento. Ellas no solamente necesitan lidiar con la realidad de prevenir el COVID-19 sino también con la premura de continuar su cuidado médico en un momento histórico trastocado por el distanciamiento social y la limitación en el acceso a los servicios esenciales como el cuidado médico.
Las autoridades sanitarias se han enfrentado a la necesidad de re-dirigir recursos y servicios al control de la pandemia razón por la cual se han visto pospuestos, retrasados o temporeramente cancelados muchos servicios médicos de consultas y acceso a cirugías y otros tipos de tratamientos. Como nos expresó una paciente con cáncer en endometrio en conversación reciente, “no solamente me enfrento a un diagnóstico de cáncer inesperado, sino también a la tensión y al miedo que me causa el COVID-19”. Tomando en consideración este agravante, contribuimos con este artículo para la educación de pacientes de cáncer y de toda la población.
COVID-19
COVID-19 es la abreviatura que se le adjudica a la infección respiratoria que puede provocar enfermedad severa y que es causada por el virus COVID-19. Las entidades médicas informan que la vía principal de transmisión para el virus es la exposición a gotillas que produce una persona infectada cuando tose, estornuda o sopla su nariz. Como resultado se exhorta a la población a protegerse con el distanciamiento físico, el uso frecuente de medidas de saneamiento y la protección de las mucosas de los ojos, nariz y boca mediante el uso de aditamentos de barrera como: mascarilla, cubre cara y en ciertos escenarios, equipo especializado de protección adicional.
Cuando se disemina información sobre muertes por el COVID-19 a principios de este año, se crea un estado de consternación que fundamenta las recomendaciones de cuarentena ciudadana recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y otras entidades. En marzo, cuando se impone la primera cuarentena en Puerto Rico, los servicios esenciales se restringen para evitar la acumulación de personas y la diseminación de esta infección.
En un lapso de tiempo corto los profesionales de la salud además de toda la ciudadanía, tuvimos la necesidad de conocer más sobre este problema para desarrollar e implementar urgentemente protocolos y prácticas de protección. En las facilidades médicas se identificó la necesidad de dar prioridad a los servicios de emergencia en preparación a la asignación y organización de recursos para el posible recibo de personas infectadas con el COVID-19.
Las agencias federales y estatales recomendaron posponer cirugías y procedimientos electivos, y consultas médicas que no justificaban un manejo urgente para minimizar la posible exposición de personas al COVID-19. El exceso de información diseminada a través de los medios de comunicación creó el estado de alerta que aún hoy cohíbe a la ciudadanía de llevar a cabo un sinnúmero de actividades importantes como la de obtener y cumplir con el cuidado de la salud.
MEDIDAS PARA PROTEGERSE Y PROTEGER A OTROS
1. Lavar las manos con agua y jabón frecuentemente.
2. Limpiar y desinfectar utensilios y áreas de uso frecuente.
3. No compartir celulares, espejuelos, platos, cubiertos o equipo de oficina.
4. Usar mascarilla en todo momento al visitar lugares públicos o al estar en presencia de personas enfermas.
5. Abrir y cerrar puertas y llaves de agua con ayuda de papel desechable.
6. Respetar el límite de personas establecido para los elevadores.
7. Usar escaleras en lugar del elevador si fuese posible.
8. No tocar la cara ni las membranas mucosas de la boca, nariz ni ojos.
9. Mantener distancia de 6 pies con otras personas.
10. Permanecer en casa si está enfermo.
11. Llamar a la oficina de su médico antes de acudir a la misma si no se siente bien o desarrolla tos, fiebre y otros síntomas asociados al COVID-19.
12. Buscar información en fuentes confiables de información para educarse sobre la prevención de la infección con el COVID-19.
13. Posponer viajes y evitar la visita a lugares con aglomerado de personas.
15. Seguir las recomendaciones provistas por las agencias oficiales y las fuentes confiables de información.
IMPACTO DE LA PANDEMIA EN EL MANEJO DEL CÁNCER
Establecido lo anterior, se observó una merma alarmante de personas que acudían a las facilidades médicas y hospitalarias. Particularmente la persona con cáncer se encontró en la disyuntiva de continuar cumpliendo con su cuidado médico o protegerse en aislamiento en su hogar.
Ciertamente las personas con diagnóstico de cáncer pueden ser más vulnerables al efecto severo de la infección con el COVID-19. Especialmente cuando se enfrentan a la inmunosupresión como resultado de tratamientos como la quimioterapia. En la medida que el sistema inmunológico se debilita por el efecto de medicamentos fuertes, el cuerpo se encuentra en mayor riesgo de desarrollar complicaciones ante cualquier infección.
Se ha documentado que en los pasados meses hubo una disminución considerable en los programas para detección temprana y confirmación de diagnósticos de cáncer. Esto ocurre ante la suspensión y retraso de procedimientos, eventos, iniciativas y servicios de cuidado primario y de prevención y promoción de la salud. En marzo de este año, por ejemplo, agencias gubernamentales de los Estados Unidos, Escocia, Irlanda del Norte e Inglaterra, y aún de Puerto Rico, suspenden y posponen programas de detección temprana para cáncer de seno, cáncer cervical y cáncer en colon y recto. Esto ilustra que a nivel mundial se interrumpió el cuidado médico de las personas con cáncer no solamente por la alteración en los servicios, sino también por la falta de cumplimiento de las personas con su cuidado médico.
Ante esta realidad amerita concienciar a toda la ciudadanía sobre la importancia de dar continuidad al cuidado de la salud, particularmente cuando ya se han estructurado e implementado mecanismos para proteger a los pacientes así como a los profesionales de la salud que brindan cuidados directos. Ya en Puerto Rico se han reorganizado los servicios para esta población, actualizando e implementando guías de protección más claramente definidas y criterios de prioridad para el ofrecimiento de los servicios médicos. Los Centros de Cáncer acreditados por la Comisión de Cáncer del Colegio Americano de Cirujanos como el Hospital HIMA•San Pablo Oncológico, ya se encuentran organizados y preparados para continuar con su importante misión.
EL COVID-19 NO PUEDE AFECTAR NUESTRO BIENESTAR
En la otra parte de la ecuación se encuentra el paciente de cáncer. La adherencia a las citas médicas, ya sean por telemedicina o en visita presencial, así como el cumplimiento y la adherencia al regimen de los tratamientos, quedan en manos del paciente. Cambios en lo anterior deben ser determinados en diálogo constante entre el paciente y su médico y no en forma independiente.
Es ideal que el paciente de cáncer actúe de forma proactiva educándose, manteniendo una estrecha comunicación con su proveedor de cuidado médico y cooperando y cumpliendo con el plan de cuidado acordado. Así contribuye con su cuidado médico y con su proceso de recuperación. Es importante que tome un rol participativo en la toma de decisiones, en la práctica de medidas de prevención contra el COVID-19 y en la continuación de su tratamiento y cuidado de seguimiento.
Los familiares y cuidadores del paciente de cáncer también tienen un rol de preponderancia. En la medida que éstos entiendan y practiquen correctamente las medidas de protección contra el COVID-19, se protegen a sí mismos, y protegen al paciente evitando exponerle a esta infección. Los familiares y cuidadores necesitan continuar velando y monitoreando su salud para contribuir con un ambiente de convivencia libre de infecciones. Ya en muchas familias se implementan prácticas para ‘evitar la entrada del COVID-19 al hogar’.
CÓMO DEJAR EL COVID-19 FUERA DE CASA
La Academia Americana de Médicos de Familia recomienda:
1. Identificar y pedir a todos que usen una sola entrada a la casa.
2. Instalar un desinfectante de manos en la entrada de la casa.
3. Tratar de que la entrada seleccionada esté ubicada cerca de un lavamanos con suplido de jabón y papel secante, y no toalla.
4. Colocar un rótulo que le recuerde a todos quitarse los zapatos y dejarlos fuera antes de entrar.
5. Al llegar a casa desinfectar llaves, celulares, billeteras, y mangos de bultos y carteras.
6. Si regresa de un lugar de alto riesgo de infección como una oficina médica u hospital, quitarse la ropa y llevarla a la máquina de lavar en lugar de colocarla en el cesto de la ropa.
7. Tomar un baño y vestirse con ropa limpia antes de interactuar con otros en el hogar.
CONTINUIDAD DEL CUIDADO MÉDICO
La persona con diagnóstico o historial de cáncer también necesita continuar atendiendo y manejando otras condiciones crónicas como la diabetes, la hipertensión, y el colesterol, entre otras. También necesita atender la ingesta de una dieta sana, la actividad física aún cuando sea leve o moderada y el manejo de sus emociones. En la medida que maneje y controle otras co-morbilidades y preocupaciones, y se involucre en estilos de vida saludables fortalecerá su salud y mejorará su calidad de vida.
CÁNCER E INFLUENZA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
La persona con cáncer también se enfrenta a la temporada de mayor incidencia de influenza. Esta condición viral también conocida como el flu, puede causar inflamación en los pulmones, con evolución a neumonía y problemas de insuficiencia respiratoria.
Se sabe que la persona con cáncer puede estar más susceptible a esta infección como resultado de su malignidad y del efecto que le causan al sistema inmunológico ciertos tratamientos. De forma general cuando se revisa la literatura médica al paciente de cáncer adulto se le sugiere adherirse a los regímenes de vacunación estándares. Sin embargo se le puntualiza que no debe recibir vacunas con patógenos vivos mientras su sistema inmunológico se encuentra debilitado como resultado de su tratamiento.
La Dra. Lisa A. Thompson explica en un artículo que de forma general existen dos categorías de vacunas: las vacunas con patógenos vivos aunque debilitados (o atenuados), y las vacunas con patógenos muertos e inactivados. Ambos tipos de vacunas se pueden utilizar en personas con el sistema inmunológico normal, ya que ante el patógeno debilitado o muerto el cuerpo creará inmunidad y protección prolongada. Sin embargo, la persona con cáncer que recibe tratamiento intensivo de quimioterapia y que experimenta inmunosupresión, no reaccionará de la misma forma a la vacuna con patógeno vivo/debilitado ya que su sistema de defensas no funciona óptimamente y podría dar paso a la manifestación de la infección.
En términos generales al paciente de cáncer que no se encuentre en periodos de inmunosupresión solo se le recomendaría la vacuna con patógeno muerto. No sin antes contar con la autorización del médico a cargo. La vacuna de influenza se administra anualmente ya que se observa que las características del virus cambian a lo largo del tiempo. Por esa razón observamos que se realizan campañas de vacunación contra la influenza anualmente, y principalmente entre los meses de otoño.

VACUNACIÓN DE TODA LA FAMILIA
Vuelve a ser relevante el proceder de los familiares. En la medida que éstos se vacunen, no solo estarán protegiéndose de las complicaciones de la influenza sino también de contagiar al paciente. Es importante señalar que las personas que conviven con un paciente de cáncer también necesitarían recibir la vacuna con virus muerto o inactivado.
Desafortunadamente aún no contamos con una vacuna contra el COVID-19. Aunque se realizan estudios con este fin queda en nuestras manos prevenir dicha infección. Las personas con cáncer al igual que toda la ciudadanía necesita practicar medidas de prevención que incluyen lavar las manos correctamente y con frecuencia, no tocar la cara ni las mucosas de la boca, nariz y ojos y evadir el contacto y la exposición a personas contagiadas con el COVID-19.

RESPONSABILIDAD SOCIAL
Sabemos que la infección con el COVID-19 se puede transmitir de una persona a otra. Sabemos que afecta severamente la salud de muchas personas. También conocemos que es una condición novel que levanta la voz de alerta en torno a una serie de medidas que necesitamos practicar para controlar el número de personas enfermas.
Esta condición nos ha tomado por sorpresa. Mientras los científicos conocen más sobre la misma, las autoridades en todas partes del mundo exhortan a los ciudadanos a cumplir con su parte practicando medidas para protegerse y proteger a otros. Por eso necesitamos considerar nuestra responsabilidad social.
Responsabilidad social es el término que se refiere al sentido de compromiso ético y moral de actuar como individuos en favor del bienestar común. Vivimos en sociedad. No vivimos aislados y por eso nuestras acciones personales tienen un impacto directo en las personas que nos rodean y en nuestro medio ambiente.
Nos corresponde cooperar y contribuir con la prevención de la infección del COVID-19. Así mismo con la prevención de casos de influenza. Las medidas de prevención están a nuestro alcance. Al practicarlas derivamos beneficio personal que luego se traduce en beneficio de los demás. Al paciente de cáncer así como al resto de la comunidad se le exhorta a continuar con su cuidado médico.
A todos se nos exhorta a respetar y a seguir las directrices de prevención de contagio y de vacunación que emiten las autoridades de salud pública. Solo con la contribución de cada uno se obtendrá el bien común.
RECOMENDACIONES PARA USO CORRECTO DE MASCARILLAS

LOS CENTROS PARA EL CONTROL Y LA PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES RECOMIENDAN:
1. Lavarse las manos antes de colocarse una mascarilla.
2. Colocar la mascarilla de forma tal que cubra nariz y boca. Si no cubre la nariz y la boca, no protege.
3. Al colocar la mascarilla, asegurarla debajo de la barbilla y detrás de las orejas.
4. Evitar tocarla luego de tenerla puesta. Si la toca, proceder a desinfectarse las manos con agua y jabón o con desinfectante de manos con base de alcohol.
5. Para quitar la mascarilla estirar las tirillas elásticas de los lados.
6. Al quitársela, evitar tocarse ojos, nariz, boca y otras partes de la cara, y lavarse las manos de inmediato.
7. Personas a las que no se les recomienda el uso de mascarilla incluyen: menores de 2 años, personas con condiciones respiratorias o personas en estado de inconciencia, incapacidad o que no pueden quitarse la mascarilla por sí solas.
REFERENCIAS
American Academy of Family Physicians (2020). How to leave coronavirus behind when you come home. https://www.aafp.org/journals/fpm/blogs/inpractice/entry/covid19_home.html
Ariza-Heredia, EJ & Chemaly, RF (2015). Practical review of immuniztions in adult patients with cancer. Human Vaccines & Immunotherapeutics. 11:11, 2606-2614. doi.org/10.1080/21645515.2015.1061189
Centers for Disease Control and Prevention (2020). Handwashing: Clean Hands Saves Lives – When and How to Wash Your Hands. https://www.cdc.gov/handwashing/when-how-handwashing.html
Richards, M & et. Al (2020). The impact of the COVID-19 pandemic on cancer care. Nature Cancer. Vol. 1, 565-567. www.nature.com/natcancer
Thompson, LA (2017). Recommendations for Vaccine Administration DuringChemotherapy. https://www.oncologynurseadvisor.com/home/cancer-types/general-oncology/recommendations-for-vaccine-administration-during-chemotherapy/
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